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       IMÁN
  
 





Investigador, periodista, filósofo y urbanista de los Países Bajos,

especializado en la problemáticade la orilla de las ciudades.


Ha vivido en México más de 20 años.






“Nuestra forma

de ser

es acuática.



¿Nacer no es descongelar
,
la vida no es correr

y la muerte evaporar?”











Donde hay vida hay agua.


Donde no hay agua no hay vida.


Hay agua donde no hay vida.




No es tanto que el agua sea parte de nosotros.

Lógicamente, nosotros somos parte del agua.

Y por ende nuestra forma de ser es acuática.

¿Nacer no es descongelar,la vida no es correr

y la muerte evaporar? Sabemos que el agua

es curiosa y hasta chismosa. Recorre mejillas

de niño y colmillos de tiburón. Se encuentra

en el pico más alto y la cueva más profunda




Descansa,

y cuando puede, se mueve.



Igual el agua desea, como nosotros, enredarse

con las cosas. Porqué sabe, como nosotros,

quetoda el agua tiene el mismo destino. El mundo

nos atraviesa como si fuéramos transparentes

y las memorias persisten como olas en un lago.








Nuestra

alma es

un espejo

de agua.






No antropomorficemos el agua, el ser

humano más bien es acuatizado. La vida

existe porque el agua quiere vivir. El agua

es una monopolista. Nosotros no

producimos agua, solo la movemos. Y así lo

quiere el agua. El agua es autónoma. Al agua

le gusta correr. Desde nuestra economía el

valor del agua es el costo de su transporte. El

costo de una pipa de agua en Puebla se

puede comparar con el costo de un taxi.



La relación del agua con la pipa es

transaccional. Nada de la confianza,

obligaciones y relaciones de largo plazo

están involucradas con montos superiores a

los mil pesos. Y así lo quiere el agua. Porque

el agua está enfocada. El agua es profunda.

El agua tiene doctorados en física y química.

El agua es un antropólogo parado sobre las

mesas de los líderes del mundo. El agua

entiende la logísitca. El agua sabe que lo

barato y necesario se mueve.